Cada evento merece su propio refugio
Siempre he creído que las celebraciones verdaderas nacen de la capacidad de transformar un espacio ordinario en algo mágico, y fue precisamente en una tarde de verano cuando organicé mi primera reunión al aire libre, improvisando con mantas y luces colgantes que, aunque encantadoras, no pudieron resistir una repentina brisa que dispersó todo. Aquella experiencia …
