Un alto porcentaje de las personas con entre 11 y 30 años de edad las sufre: las cicatrices de acné son la secuela más visible y molesta de la enfermedad de la piel conocida como acné vulgar. Estas marcas se presentan como resultado de la degradación de la dermis y la aparición de fibrosis.
Como reconocen los expertos en dermatologia medica quirurgica, las cicatrices derivadas del acné pueden suavizarse y atenuarse con ayuda de tratamientos y buenas prácticas. El paso del tiempo, en sí mismo, no contribuye a ‘limpiar’ estas cicatrices.
Una de las medidas más eficaces consiste en aplicar exfoliantes con regularidad. Estos productos permiten suprimir las células muertas y estimulan la regeneración de los tejidos de la piel. El resultado es un cutis más suave y terso que, a largo plazo, podría perder las molestas cicatrices del acné. Aunque los exfoliantes pueden fabricarse con ingredientes caseros (leche de coco mezclada con bicarbonato de sodio, por ejemplo), se recomienda el uso de productos de calidad profesional, más eficaces, seguros y saludables.
Los pequeños hábitos pueden tener grandes efectos en la salud cutánea y en la limpieza de las cicatrices del acné. Uno de esos hábitos es el consumo de agua. Hidratarse con al menos dos litros de agua diaria está relacionado con una mejor salud de las células de la piel, como vienen confirmando diversos estudios en los últimos años.
Determinadas vitaminas pueden ser aliadas en este proceso. Es el caso de la vitamina C, que en suplementos, bebidas, cremas y lociones contribuye a la regeneración celular del cutis y, por tanto, a la eliminación de las cicatrices causadas por el acné.
La curación de los tejidos de la piel puede verse obstaculizada por la exposición a la radiación solar, como reveló un reciente informe estadounidense. Por esta razón, el uso de protectores solares (con 15 FPS o superior) es de obligado cumplimiento en los meses de verano para las personas afectadas por las cicatrices del acné.